Habiendo abandonado Cursed Mountain, Hydrophobia venía a ocupar su lugar. Como juego serie B, sólo en formato descargable, prometía una aventura donde el agua cobrase especial protagonismo haciéndolo distinto a todo lo visto antes. Lo cierto es que después de más de una hora de juego, si técnicamente ya va justito, su jugabilidad nos traslada a principios del 2000, repetitiva y pasillera, y sin la atmosfera del juego de Deep Silver.
Por cierto, nada más instalarlo, es necesario cargar el parche que lo hace 'jugable'. Originalmente era tal la cantidad de bugs, que sus primeros compradores empezaron a quejarse duramente, mientras la compañia se apresuraba a arreglar el desaguisado montado por la publicacion de un software manifiestamente no probado.
Poca chicha.
Cursed Mountain también enlaza con Dead Island, en este caso más directamente, por provenir de la misma desarrolladora. Hablar de Dead Island es hablar del increíble hype creado por el no menos impactactante trailer de presentación.(Parece que él solito ha inspirado una futura película.).
Otra de zombies. Otra más. Pero aun perdonándole este inconveniente, Dead Island no consigue atraer. Técnicamente notable, pero lejos del sobresaliente, muy lejos. Su jugabilidad peca en lo de muchos juegos, y que ya empieza a hartar en demasía: Basar el avance de la historia en la conclusión de pequeñas misiones que todos los personajes que te las encargan quieren que resuelvas, (o sea, chica de los recados). Misiones que llegan a cansarte por su nulo interés, y porque al final todo se reduce a 'pasearte' por la isla matando zombies una y otra vez.
Nada nuevo bajo el sol. Una pena.