Voy a empezar sacándome un peso de encima: TLOU es un magnífico juego, díficil no recomendarlo.
Ya está, vamos a por lo siguiente.Cuando todo el mundo habla bien, tiendes a sobreponderar la belleza sea del tipo que sea, porque llegas moldeado, aunque no lo quieras, o no lo pretendas. Podemos escribir miles de líneas sobre cómo de mal ha evolucionado, si es que alguna vez lo ha hecho, la jugabilidad en los videojuegos, pero no es este su lugar.
TLOU si sumas por separado gana de calle. Porque lo gráfico es precioso, porque el sonido es exacto y porque la historia siendo adulta y de ciertos cliches, al menos no te trata como un adolescente. Mucho de buena novela.
Pero por qué ese regusto amargo.
Porque de nuevo no es todo lo profundo que esperas cuando te acercas al medio siglo, porque la jugabilidad no lo es tanto, repetitiva, aunque retadora. Porque sigue teniendo mucho de herencia de videojuego. Y porque en el fondo, no innova como debería.
Es enfermo en el detalle. Sí. Pero no está a la altura de lo que otros definen como obra de arte.
Y esta es la crítica más constructiva que haya escrito nunca. No sé si la segunda la parte lo salvará. Pero Horizon es ciertamente superior.
Empezarlo antes de la pandemia y no sentirse enganchado como debiera, no se lo perdono. Nunca la calle se ha parecido tanto a los paseos de sus protagonistas, y ni así.