Willy es, junto con Sabreman de la saga de Ultimate, uno de los personajillos más admirables de mi época de Spectrum.
Su diseño es simple, pero inolvidable (siempre recordaré al gordo de Willy con su sombrero pasando pantallas de un lado para otro, intentando no caer en las muchas trampas mecánicas que hacían peligrar su tranquila existencia).
Es un juego de plataformas en toda ley. No recuerdo haberlo teminado nunca, pero hay tantas pantallas que, por visitarlas todas ya te divierte, aunque no consigas nada.
Tuvo tres partes, todas eran igualitas que el primer JSW, pero con más pantallas (por esto en su día recibió merecidas malas críticas).
Todavía hoy soy capaz de tararear la musiquilla de principio.
Su diseño es simple, pero inolvidable (siempre recordaré al gordo de Willy con su sombrero pasando pantallas de un lado para otro, intentando no caer en las muchas trampas mecánicas que hacían peligrar su tranquila existencia).
Es un juego de plataformas en toda ley. No recuerdo haberlo teminado nunca, pero hay tantas pantallas que, por visitarlas todas ya te divierte, aunque no consigas nada.
Tuvo tres partes, todas eran igualitas que el primer JSW, pero con más pantallas (por esto en su día recibió merecidas malas críticas).
Todavía hoy soy capaz de tararear la musiquilla de principio.