(Recuperado de Ciao del 24 de Junio de 2004)
Sabía a lo que me enfrentaba cuando traje el DVD a casa. Allí dentro yacían pesadillas en formato digital que iban a provocar sensaciones espantosas, casi reales. Conocía PZ, con él disfruté de los peores momentos de terror frente a una consola (realmente, nunca en la vida había sentido algo igual). PZ2 sería peor. Lo sabía.
Esperé a medianoche. Encendí mi Home Cinema, introduje el DVD en mi PS2 y sobre mi pantalla panoramica, empezaron a proyectarse la primeras imagenes del juego. No hay intro. Solo la pantalla principal y una música angustiosa.
Para comenzar la pesadilla, pulsé START. Tragué saliva.
Las imagenes cinematicas que pude ver fueron introduciendome en la historia poco a poco. Aunque no aparezcan fantasmas, preparaos porque algunos guiños (que no desvelaré aquí) os pondrán los pelos como escarpías.
Empezar a jugar es empezar una angustia sin fin, la aparición de los primeros fantasmas os llevará el corazón a la boca. Pero seguro que seguireis jugando, porque sólo es un juego, ¿no?
Fatal Frame 2 es The Ring en consola, es un Survival en mayúsculas, es miedo en estado puro. Los gráficos son hermosos, y probablemente de lo mejor que se le puede ya pedir a la PS2, el sonido (no existe BSO) está hecho para provocar infartos. La jugabilidad se resiente después de la primera hora seguida de juego, si has aguantado tanto tiempo frente a la pantalla (al principio, yo no fui capaz) lo mejor es dejarlo para el día siguiente, el juego te durará más y los sustos no se suavizarán.
El único inconveniente que le he encontrado es que, como otros muchos, es una aventura demasiado lineal, es decir, el camino está tan claramente prefijado que si no terminas cada cierto tiempo en una escena cinemática, es que estás dando vueltas sin avanzar en la partida. No puedes seguir dos o más caminos en la resolución del misterio, sólo hay uno, con el que sufrirás de lo lindo.
Os lo recomiendo, si os gustan este tipo de juegos. Ya no volvereis a ver una camara con los mismos ojos ...
Id preparando los tranquilizantes.