Su gran problema es que la libertad que permite no hace consistente la aventura, puedes perderte casi todo, avanzando lo mínimo de la historia, sin entender nada o más bien poco. Yo volví atrás varias veces, consciente de que me había quedado mucho por ver.
En ambientación es muy superior a Dear Esther, cuasi fotorrealistica. Se agradece cierta libertad, pero aquí se paga demasiado cara.
En fin, muchos cabos sueltos en la jugabilidad para la oportunidad de hacer algo único. A ver si la próxima.